Me gusta pensar que cada día tiene su momento en el que el cielo descarga sobre nosotros una capa de paz y tranquilidad que apenas dura unos minutos. A veces pienso que sirve para protegernos de nosotros mismos, para remediar lo remediable. Aunque no siempre haya vuelta atrás (porque no siempre la hay) esos minutos pueden hacer pensar, o dejar de pensar; que quizás sea lo que más falta haga.
Algo tiene que cambiar. Dilema innegable. El aburrimiento no es una carga que cualquiera pueda llevar. La constante sobre-estimulación me entumece. No es bastante. Necesito más. Nada parece satisfacerme. No lo deseo. Solo lo necesito. Para sentir, respirar, saber que estoy viva .Relájate, da la vuelta y coge mi mano. Puedo ayudarte a cambiar momentos aburridos en placer. Mezcla y balance de dolor y comodidad. Profundo. Dentro de ti. Hasta que no me tengas de ninguna otra forma. Se ha desestabilizado todo. Algo ha venido ocurriendo cada día de forma muy sutil. ¿Cómo puede esto significar algo para mi si realmente no siento nada? Seguiré cavando en ti hasta que sienta algo. Relájate


No hay comentarios:
Publicar un comentario